Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), se estima que en México existen 30 mil niños que viven en espera de una familia en espacios residenciales alternativos.
Dichos menores se ven privados de crecer en un ambiente familiar que los provea de apoyo y afecto, aspectos que una institución gubernamental no alcanza a satisfacer plenamente.
Una de las razones por las cuales una pareja puede pensar en adoptar a un hijo, es la dificultad para procrear uno propio (infertilidad).
En México aproximadamente 1.5 millones de personas tienen dificultades para procrear, según las cifras del INEGI reportadas en el año 2011.
Ante esta situación, la pareja se enfrenta al duelo por la pérdida de engendrar descendencia consanguínea. Las parejas que experimentan este duelo aún cuentan con una vía para satisfacer su anhelo de acceder a la paternidad: La adopción.
Los 4 puntos que debes saber sobre la adopción
1.- El duelo
La infertilidad es uno de los temas más estresantes en la vida de las personas que la padecen, las parejas que se ven en esta situación, frecuentemente presentan sentimientos de culpa, desvalorización y baja autoestima.
Para adaptarse a la infertilidad existen 3 tareas que la pareja infértil debe cumplir:
- Reconocer el dolor de perder esa experiencia básica en la vida
- Restaurar una imagen corporal sana.
- Evaluar la importancia de la maternidad/paternidad y determinar si otras actividades lo compensan o bien considerar otras formas de maternidad/paternidad.
Un espacio de reflexión donde tú y tu pareja puedan disponer del tiempo para elaborar el duelo podrá ayudarles a sobrellevar esta situación.
Para sobrellevar esta situación existe la terapia psicológica la cual te permitirá enfrentar una decisión tan importante como lo es la adopción de un hijo.
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2.- La adopción como alternativa
En nuestro medio existen niños que se encuentran bajo la custodia del Estado por diversas razones, en respuesta a esta demanda surge el proceso de adopción como una alternativa, mediante el cual las parejas que desean tener a un hijo en sus vidas pueden someterse a un proceso jurídico que los evalúe y determine si son candidatos a convertirse en padres adoptivos.
En Mérida, Yucatán la institución encargada de revisar solicitudes y el proceso de adopción es la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia (PRODEMEFA).
3.- Consúltalo y ponte de acuerdo con tu pareja
Es de suma importancia que ambos cónyuges estén de acuerdo con la decisión de adoptar a un hijo, meditando previamente sobre los recursos que cuentan, tanto económicos como emocionales, pues sólo así estarán en la disposición y facultad de desempeñar esta labor.
Si este proceso se llega a concretar, resulta una alegría muy grande para la pareja.
4.- Evita ocultarle la verdad a los niños
Es cierto que la adaptación de la nueva familia es un gran reto, siendo uno de los más importantes el hecho de verse en la decisión de hablar al menor sobre su condición adoptiva.
Los padres suelen tener mucho miedo para abordar este tema, pues temen que revelar esta información pueda causar un dolor insuperable al niño.
Si los papás hablan con franqueza acerca de esta realidad y presentan la adopción como un acto de amor, es menos probable que se desarrollen estas preocupaciones. Cada niño puede reaccionar de manera diferente al enterarse que es adoptado; sus emociones y reacciones dependen de su edad y de su nivel de madurez.
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Es conveniente abordar este tema antes de que el menor comience la transición a la adolescencia, ya que se trata de una etapa en que la búsqueda de la identidad es fuerte y esperar hasta este momento para decírselo puede traer consecuencias negativas.
Habitualmente los adolescentes se cuestionan acerca de cómo encajan con su familia, con sus compañeros y con el resto del mundo, por lo cual es razonable que estos jóvenes que son hijos adoptivos tengan un notable interés en sus progenitores biológicos durante esta fase.
Es importante aclarar que la curiosidad manifestada es común y no representa un rechazo a los padres adoptivos, por lo que algunos jóvenes pueden desear conocer la identidad de sus procreadores y resulta sano para ellos que se les haga saber que es correcto y natural tener este deseo.
Cómo alguna vez lo dijo S. Lore “Lo cierto es que la paternidad, tanto biológica como adoptiva, nunca ofrece certezas plenas, es siempre una aventura…”