
Estoy seguro que recuerdas claramente a ese compañero de clases que se quejaba porque en lugar de sacar 100 puntos en el examen, sacó 98.
Mientras que tú, un simple mortal, te ibas feliz con tus 70 puntos y eras alegre por el simple hecho de haber pasado la materia con la que habías estado teniendo muchas dificultades.
Ambos aprobaron la asignatura, pero cada uno con diferentes limitaciones.
También te puede interesar: “¿Por qué las emociones son distintas a los sentimientos?”
¿Qué es el éxito?

Podemos definirlo como “el efecto o la consecuencia acertada de una acción o de un emprendimiento”.
Éxito viene del latín exitus que significa “salida”.
¿Y qué pasa con la parte de disfrutar el proceso?, ¿Sólo el resultado obtenido es importante?
A la mayoría de los seres humanos les parece muy atractiva la idea del éxito, que muchas veces se confunde con tener dinero, en vez de alcanzar sus metas y disfrutar de sus beneficios.
El éxito es algo muy saludable y funcional, sin embargo, me atrevería a mencionar que tiene sus condiciones.
Desde el enfoque cognitivo, cuando Albert Ellis desarrolló su modelo racional emotivo, planteó el concepto de “ideas irracionales”.
También te puede interesar: “Ideas racionales que están afectando tu vida”
Estas distorsiones del pensamiento casi siempre se fundamentan en la expectativa de aprobación de los demás, lo que tiende a provocar un malestar psicológico debido a que muchas veces no es viable conseguirlo.
Esto está relacionado con aquellas personas que se obsesionan con alcanzar el éxito, ya que de manera consciente o inconsciente pueden tener introyectada esta fórmula para el desastre:
“Para considerarme valioso, debo ser competente, suficiente y capaz de lograr cualquier cosa en todos los aspectos posibles”.
La flexibilidad es la clave

Intentar tener éxito es bueno, pero la clave está en la flexibilidad.
Exigir éxito a uno mismo a cualquier precio, creo que es la mejor manera de hacerse sentir incompetente o incapaz.
Sin mencionar que forzarse más allá de nuestros propios límites puede acarrear:
- estrés,
- ansiedad o
- enfermedades psicosomáticas.
También te puede interesar: “¿Sabes qué es en realidad la depresión?“
Vale la pena aceptar que ningún ser humano es capaz de ser totalmente competente en todos los aspectos, tal vez ni siquiera en la mayoría de ellos.
Indudablemente, una obsesión por el éxito acarrea un terrible miedo al fracaso y a cometer errores, por lo que no es de extrañar que la persona pueda vivir un continuo disgusto, e incluso una tendencia al fracaso real.
Pero lo más importante, al existir esta inflexibilidad cognitiva con respecto al éxito, me parece que se pierde de vista el auténtico objetivo de ser feliz.
Recomiendo mucho que cuando busques el éxito sea más bien por tu propia satisfacción, de acuerdo con tus valores personales y, no tanto por un afán de agradar a otros o ser mejor que los demás.
Asimismo, te sugiero que no olvides que en la lucha por alcanzar tus metas es sano aceptar tus errores y confusiones, en lugar de horrorizarte por ellos.
Evita ser conformista
También creo que puede ser muy valioso animarse a intentar aquello en lo que temes fracasar, ya que esto puede generar experiencias muy interesantes y constructivas.
Con esto no me refiero a que lo racional es ser conformista y no desarrollar todo tu potencial, pero sí me atrevería a afirmar que una persona exitosa, al fin y al cabo es alguien flexible tanto en sus planes como en su manera de pensar.
Permitirte disfrutar el proceso y aceptar que vendrán errores y fracasos en el camino, es una excelente forma de combatir esta idea irracional en forma de obsesión por el éxito.